De: Elena Teresa José
Vuelvo del centro de la tierra
cada tanto, para poder
tratar de entender la superficie
humanizada, que hiere y que lastima
hasta el espanto, sin piedad,
sin justicia ni conmiseración.
A veces sin sentidos ni perdón.
Vuelvo desde el centro de la tierra
cada tanto y entonces también miro
la Belleza, la Libertad, la Dulzura
de los niños y lo majestuoso de la Naturaleza.
Vuelvo desde el centro de la tierra
cada tanto, pero después de un tiempo
necesito recluirme, para tomar distancia
de algunos comportamientos
que no entiendo, me agobian y me sobrecogen
hasta dar vuelta la vista de esa realidad
que es tan real como aquella otra.
Cuando vaya del todo al centro de la tierra,
tal vez pueda arrepentirme de mis viajes evasivos,
pero mientras tanto mi espíritu se defiende
para poder configurar la vida
con una sonrisa y un sentido.
