La casa de Pajarito

Por José Fernández Molina

Aquí vivió Pajarito

En España y Pueyrredón.

La esquina que limitaba

con la noche y la canción;

la que entre muros añosos

aún guarda una tradición

y el espíritu sutil

de una lírica pasión:

la carcajada y la broma

naciendo del buen humor

y un connubio de guitarras

a esperar que salga el sol.

Dueño gentil de la noche.

Guillermo Velarde Mors.

Entre copas y entre coplas

dejaba su gran lección;

la de su hermosa amistad

y su apasible expresión.

Monarca de los recuerdos

de una Salta que pasó,

no fue pintor ni poeta,

ni músico, payador;

yo digo que fue tan solo

solamente un gran señor:

patrocinando guitarras

con religioso fervor

y abriendo de par en par

las manos y el corazón.

Y esta es la casa, su casa,

donde reluce el blasón

de su gesto impenitente

de salteño soñador.

Esta es la casa, su nido,

en donde siempre habitó.

Música, libros y cuadros,

todo luce en su interior.

Sus ventanales denuncian

algún antiguo esplendor…

Todo el tiempo que descansa,

aún renace en su farol,

y atrás está Pajarito,

radiante y conmovedor,

fertilizando una zamba

que su mano no escribió

pero que sigue exaltando

su amistad hecha fervor.

Mas de un siglo ya este techo

tiene viento, lluvia y sol

y en el día del silencio

también un algo de Dios…

José Fernández Molina