Del mismo modo que en las plantas las raíces se introducen en la tierra u
otros cuerpos y absorben de éstos o de aquella las materias necesarias para
su crecimiento y desarrollo sucede algo similar con las ciudades o cualquier
otra construcción social. Así, el título del libro “Orán en sus raíces” (Ediciones
del Trópico, 2024) anticipa su contenido. El trabajo de investigación indaga
sobre diversos hechos y protagonistas que desde antes de la conquista y
después de ella confluyen en la actualidad, aunque el autor delimita su análisis
“desde la fundación hasta la independencia”. Esos hechos y protagonistas de
épocas pasadas ya no están, pero el historiador los busca en los documentos
que consulta; allí escucha una especie de murmullo, sonidos muy lejanos que
lo seducen y lo impulsan a seguir con su tarea. El historiador lee, reflexiona,
pone en contexto: “Para poder arribar a esta perspectiva en torno a la identidad
de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, es imprescindible comenzar
repasando las características de la región antes de la llegada de la
colonización…” (pág.16). El historiador prosigue, se detiene, se pregunta a
veces: “¿Qué pensamientos cruzarían la mente de Pizarro en esas horas de
incertidumbre?… ¿Hasta dónde habrá tenido conciencia del cambio de época
en que se hallaba inmerso? (pág.51), “Manuel Eduardo Arias ¿Héroe o traidor?
/ ¿Del cielo o del infierno? (pág. 155) / ¿Traición o fake news? (pág. 162).
Intenta algunas respuestas, trata de recordar y contagiar a otros ese deseo o
necesidad. ¿Por qué hacerlo?, piensa seguramente él o puede pensarlo el
lector. ¿Por qué investigar y elegir la escritura de la historia? Tal vez haya una
coincidencia con el pensamiento de Alaine Delivré cuando expresa: “la historia
es el privilegio que es preciso recordar para no olvidarse de sí mismo. Sitúa en
medio de él al pueblo que se extiende de un pasado a un porvenir”. Vale la cita
para el caso de Orán, antes pueblo y hoy ciudad.
En su nuevo libro Gustavo Álvarez señala que éste tiene su origen en un
blog nacido durante la pandemia: “Letras y Memorias de Orán”. Con algunos
agregados y cambios ahora se presenta el material en soporte papel porque
“mejor que ningún otro medio, el libro puede ofrecer a través del recorrido
sereno, reflexivo y consciente de sus páginas la posibilidad de provocar las
preguntas, las inquietudes y las búsquedas del lector” (pág. 11).
A medida que éste avance en la lectura se informará sobre el accionar de
Ramón García de León y Pizarro, el fundador, que proyectó la ciudad como una
urbe colonial hispanoamericana y que incorporó en ella el elemento nativo y
aborigen, hecho considerado fundamental para la identidad de Orán. A través
de los primeros capítulos el autor muestra aquellas facetas que considera
insoslayables ostentar sobre esta figura y sobre el contexto de la fundación de
la ciudad, sobre todo su doble raíz hispana y aborigen que pervive en la
actualidad y es un rasgo distintivo de Orán.
Si bien otros actores sociales aparecen mencionados y analizados con
mayor o menor profundidad en el relato como Gûemes, Pueyrredón, San
Martín o Juana Azurduy es Manuel Eduardo Arias el otro protagonista
indiscutido que ocupa gran parte del libro. En este caso el historiador se centra
en cada una de las facetas de este hombre destacado de Orán: como prócer
de la independencia, como “hacendado y revolucionario del Zenta”, como
comandante de armas y presidente del cabildo de Orán y analiza su vinculación
con los miembros de las poblaciones originarias y la defensa de sus derechos,
lo que implica un tratamiento más general e integral pues lo muestra como
vecino principal de la zona, como emprendedor, como militar y como político.
Algunas noticias de su entorno familiar también han sido marcadas. Tal vez
algunos lectores o lectoras estén esperando futuras publicaciones donde
aparezcan otras facetas relacionadas con la vida privada, sus amores, sus
amigos, sus temores, sus debilidades, esas facetas que hablen del hombre
común, más allá del bronce que lo inmortaliza con justas razones.
El libro tiene mucho para explorar y una tesis que tiene que ver con el
concepto de frontera en diversos aspectos que me pareció muy original como
propuesta, así como los proyectos de reconocimiento enunciados en el capítulo
final que seguramente despertarán entusiasmos en algunos y objeciones en
otros, condimento necesario para seguir haciendo funcionar la escritura de la
historia. Por estas razones considero que Orán en sus raíces, de Gustavo
Álvarez, constituye un aporte sumamente valioso no sólo para los oranenses
sino para Salta, el país y la región pues hay una rica bibliografía en clave de
diálogo y espacios preparados para seguir intentando respuestas y formulando
nuevas preguntas.
No puedo obviar tampoco los magníficos dibujos incluidos en las
ilustraciones del texto. Son trabajos realizados ad hoc por el escritor Santos
Vergara que ayudan a recrear el clima de la época; en ellos no sólo aparecen
los protagonistas individuales sino también esa gente anónima que desde un
segundo plano observa, saluda, parece expectante y posa para la ocasión
conforman el gran personaje colectivo; junto a la arquitectura como el
imponente cabildo que recrea en su imaginación el pintor constituyen la
esencia del pueblo, hoy ciudad de Orán. Interesantes también lo son las
fotografías de monumentos, documentos, gauchos, artistas y la imponente vista
parcial del barrio Misión de zenta donde estuvo emplazada la Reducción
Nuestra Señora de las Angustias, allí donde la ciudad reconoce sus más
profundas raíces.